Las parejas que comparten su hogar con una mascota no solo disfrutan del cariño de un animal, sino que también experimentan mayor satisfacción en su relación, según diversos estudios.
La convivencia con perros o gatos potencia la conexión emocional entre los miembros de la pareja, al fomentar habilidades como la empatía, la cooperación y la gestión del estrés. Actividades cotidianas como pasear al perro o limpiar el arenero del gato requieren organización conjunta, lo que fortalece el trabajo en equipo y la comunicación.
Además, los animales de compañía funcionan como alivio emocional en momentos de tensión, ayudando a mediar conflictos y reduciendo el estrés a través del contacto físico y el juego.
Una investigación publicada por la revista Health, encabezada por la economista Adelina Gschwandtner de la Universidad de Kent, reveló que tener una mascota mejora de forma significativa la satisfacción con la vida. De hecho, los investigadores calcularon que el valor emocional de una mascota podría ser equiparable a ganar hasta 92,655 dólares anuales, un impacto similar al de casarse o tener una sólida red de apoyo social.
La doctora Ashwini Nadkarni, psiquiatra de la Escuela de Medicina de Harvard, destacó que estos hallazgos tienen implicaciones importantes para el diseño de políticas públicas: “La soledad es una crisis de salud pública. Incluir mascotas en programas comunitarios podría ser parte de la solución”.
Los autores del estudio también sugieren que estos beneficios podrían respaldar iniciativas legales que reconozcan a las mascotas como algo más que propiedad, y que se promueva su inclusión en hogares de renta o contextos familiares complejos.
Aunque los datos se centraron en perros y gatos, los especialistas coinciden en que las mascotas son un recurso valioso para la salud emocional y la armonía en pareja. Más allá del amor que dan, también ayudan a construir vínculos humanos más sólidos.
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