La inteligencia artificial (IA) dejó de ser un concepto futurista para convertirse en una realidad tangible dentro de las aulas mexicanas. Hoy, estudiantes y profesores utilizan herramientas basadas en IA para resolver tareas, generar contenidos y personalizar el aprendizaje, marcando un antes y un después en el sistema educativo.
En instituciones privadas y, cada vez más, en escuelas públicas, aplicaciones como ChatGPT, traductores automáticos y sistemas adaptativos de enseñanza están cambiando la dinámica tradicional. Estas tecnologías prometen clases más interactivas, aprendizaje personalizado y apoyo inmediato, especialmente en contextos donde los recursos educativos son limitados.
Sin embargo, este avance también plantea desafíos éticos y pedagógicos: ¿Hasta dónde la IA debe intervenir en el proceso educativo? ¿Existe el riesgo de que sustituya la creatividad y el pensamiento crítico de los estudiantes? Expertos advierten que la clave está en la regulación, capacitación docente y alfabetización digital, para que estas herramientas sean un complemento y no un sustituto del aprendizaje humano.
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FOH