La resistencia antimicrobiana ocurre cuando bacterias, virus, hongos y parásitos evolucionan y dejan de responder a los medicamentos diseñados para eliminarlos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esto dificulta los tratamientos, aumenta la propagación de enfermedades y eleva el riesgo de complicaciones graves o muerte en pacientes.
El fenómeno se ve potenciado por el consumo excesivo o inadecuado de antibióticos y otros fármacos, un problema creciente a nivel mundial y en México, que preocupa a expertos de la UNAM.
Impacto del abuso de medicamentos
El coordinador del Programa Universitario de Investigaciones sobre Riesgos Epidemiológicos y Emergentes de la UNAM, Samuel Ponce de León Rosales, advirtió que el uso indiscriminado de medicamentos tiene graves consecuencias para la salud:
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Las cirugías se vuelven más complejas y riesgosas.
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Heridas simples presentan mayor riesgo de infección.
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La mortalidad por enfermedades infecciosas aumenta.
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Crecen los costos asociados a tratamientos antiinfecciosos.
Rosales enfatizó que la resistencia antimicrobiana no solo es un riesgo sanitario, sino que también podría derivar en un desastre económico y social, debido a los elevados gastos médicos y la pérdida de productividad por enfermedades difíciles de tratar.
Proyecciones para 2050
Según los especialistas, si no se toman medidas preventivas, la resistencia antimicrobiana podría causar hasta 10 millones de muertes al año para 2050, superando a otras enfermedades como el cáncer en términos de mortalidad global.
Este escenario catastrófico hace necesario actuar de manera coordinada para reducir el consumo innecesario de fármacos y proteger la eficacia de los antibióticos existentes.
Estrategias para prevenir la resistencia
Los expertos de la UNAM subrayan que para disminuir el riesgo de resistencia a los antibióticos se deben implementar estrategias integrales que involucren a todos los actores responsables:
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Industria farmacéutica: control de producción y promoción responsable.
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Academia y investigación: desarrollo de tratamientos alternativos y educación.
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Autoridades reguladoras y gobierno federal: supervisión, regulación y campañas de concienciación.
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Sector público y sociedad: uso responsable de medicamentos y cumplimiento de tratamientos completos.
La colaboración entre estos sectores es esencial para proteger la salud pública y evitar que la resistencia antimicrobiana se convierta en una crisis global irreversible.
Conclusión
El abuso de medicamentos y la falta de políticas preventivas colocan a México y al mundo frente a un riesgo sanitario sin precedentes. La educación sobre el uso responsable de antibióticos, junto con la cooperación entre gobierno, industria y sociedad, es clave para preservar la eficacia de los tratamientos y salvar millones de vidas en las próximas décadas.