Nacido en Mérida, Yucatán, en 1938, Gabriel Ramírez Aznar ha sido uno de los artistas más destacados de su generación, pues su obra pictórica aún se exhibe en varios museos alrededor del mundo.
Ayer lunes, se dio a conocer la noticia de su muerte a la edad de 87 años, dejando un legado muy importante para el arte contemporáneo, no solo local sino nacional.
Desde los 17 años llegó a vivir a la Ciudad de México, donde comenzó su trayectoria artística, exponiendo por primera vez en la Galería Juan Martín en 1965, y su talento ha estado vigente durante más de sesenta años.
Su obra se encuentra expuesta en importantes recintos a lo largo del mundo como el Museo de Bezabel, en Jerusalén, Israel; la Casa de las Américas, en La Habana, Cuba; el Museo de la Solidaridad con Chile, en Santiago, Chile; el Museo de la Revolución, en Managua, Nicaragua; el Museo José Luis Cuevas y el Salón de la Plástica Mexicana, entre otros.
En cuanto a los premios fue reconocido con el Internacional de Dibuix “Joan Miró” en sus ediciones de 1972 y 1975, en Barcelona, España; el Literario “Antonio Mediz Bolio”, y las Medallas Yucatán y al Mérito Artístico, en 1986 y 1988, respectivamente.
Tuvo más de 60 exhibiciones individuales y 100 colectivas, además de ser autor de los libros El cine yucateco, de 1980, y Crónica del cine mudo mexicano, de 1989.
Sobre su obra, Ramírez Aznar comentó en una entrevista en 2023: “Yo nunca fui muy abstracto, de pintar a base de manchas y de matices y todo ese tipo reglas pictóricas, lo mío lo asocio más a lo gráfico, porque yo me baso mucho en la línea, necesito controlarme y la única forma de hacerlo es a base de líneas”.
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FFO