México, respecto al robo de combustible, y alteración de estos, es uno de los más afectados a nivel mundial, y esta actividad. se ha consolidado como una de las grandes batallas en materia de seguridad para el país.
La reforma energética creada en 2012, y que fue aplicada para la apertura del mercado mexicano en el 2015, respecto a la venta, comercialización, distribución, importación en producción de los combustibles, trajo consigo una oportunidad, para algunos que no quisieron el tener un mercado legal. Aprovecharon claroscuros de forma dolosa, y a donde servidores públicos aprovecharon en conjunto con privados en crear un gran mecanismo de ilegalidad, y generando una alta corrupción en el mercado.
En el mercado mexicano, existen dos formas de robo y fraude:
La primera refiere al robo a combustibles a ductos de la empresa del estado (PEMEX), el cual ha sido realizado en más de dos décadas. Esto consiste en perforaciones realizadas a los ductos a donde son movidos los combustibles entre las instalaciones de PEMEX, y los cuales extraen por medio de válvulas instaladas, el combustible. Actualmente, la estadística indica, cada dos horas, hay una perforación a algún ducto. Comprometiendo a la estabilidad del ducto, su resistencia, y mermando a la operatividad de estos, trayendo como consecuencia una disminución de la vida útil del ducto. Poniendo en riesgo, a las personas que están cerca de estos. Esta forma de sustraer no es nueva, y está ocasionando pérdidas a PEMEX, entre los 30 a 40 mil millones de pesos en forma anual en promedio, y en este valor, no está considerado, el costo de reparación del ducto. En esta forma, a según investigaciones realizadas por las instancias gubernamentales, existe una colusión entre los funcionarios públicos de la empresa del estado, y quienes hacen las perforaciones. Pero esto, ha sido complicado en algunos casos ser demostrado.
La segunda forma, y la cual presento un mayor incremento, entre el 2020 a 2025, refiere en gran parte a la importación de combustibles, y el cual, resulta en un fraude, al declarar al importar ciertos productos, no tienen que realizar el pago del IEPS, al estar exentos, como lubricantes, y aceites residuales. En esta forma, esta conceptualizada, el alterar el pedimiento de importación, indicando que no es un combustible (gasolina – diésel), y al ser introducidos por vía terrestre, y marítima, por las aduanas. Creando una alta corrupción, entre los encargados de esta, y algunos agentes aduanales. Cerrando a este mecanismo de distorsión, por algunos agentes del mercado de combustibles mexicano, al comercializar, distribuir o vender al público a estos productos fraudulentos.
Esto ha creado, una pérdida de mercado para PEMEX, y adicionalmente en directa en forma económica en una perdida, entre los 100 a 150 mil millones de pesos en forma anual, para el erario, al no tener la entrada del pago del impuesto respectivo de cada combustible.
Actualmente, se han realizado actualizaciones en acuerdos, normas, y reglamentaciones, y con esto se espera el poder bajar el robo, fraude, y alteración de combustibles, en los que podemos destacar el tener en todas las unidades que transportan combustible, el tener un sistema de posicionamiento (GPS), el cual las instancias que regulan al mercado tendrán la información en tiempo real, e histórico de cada unidad desde su origen de carga del combustible, hasta el final del punto de entrega para su venta en el mercado.
El nuevo reglamento de la ley del sector de hidrocarburos, indica que los permisos de comercialización estarán acotados a no más de 2 años, y estos deberán indicar en forma adicional por medio de un contrato, a quien vende, cuanto y donde fue entregado.
Estas dos modificaciones en el mercado, ayudara en saber la trazabilidad real de cada combustible, y en el caso de ser importado, ahora existirá la figura de corresponsabilidad del agente aduanal, respecto al producto importado, y en caso, descubran tendrá una corresponsabilidad directa.
En el papel con las modificaciones realizadas al mercado, puede aguantar este. Pero en la realidad dependerá de la credibilidad, ética, y sobre todo el compromiso de cada funcionario público, que tiene que interactuar en cada parte de la cadena productiva del comercio de los combustibles, y deben ayudar a cumplir a cabalidad, lo suscrito en cada página emitida en los últimos meses.
Ante lo anterior, hemos realizado un análisis, sobre el volumen, y montos en el último lustro, adonde ha sido detectado como México, se ha posicionado a nivel mundial, el tener un mercado de combustibles corrupto.
En el reporte del tercer trimestre del 2021 presentado por la SHCP, y SAT, encontraron que “desde enero de 2020, se habían observado un incremento en las importaciones de lubricantes, sin ningún sustento en la actividad económica; en la demanda máxima de mercado del propio producto; o en el movimiento observado de ventas de combustibles. Estos productos no están sujetos al pago de IEPS, por lo que son usados como medio de evasión; y son introducidos al país, principalmente, a través de las aduanas terrestres.”
Este comentario surgió que la demanda en promedio de lubricantes observada constante, era de aproximadamente de 15 mil barriles diarios. En el 2020, esta creció a 63 mil barriles, y a lo que representó un incremento de 48 mil barriles, en comparación con la demanda observada. Esta diferencia, es muy similar a la discrepancia, observadas entre los reportes de SENER, y la Agencia de información energética de los estados unidos (EIA). En 2021, las importaciones alcanzaron un promedio diario de 101 mil barriles de lubricantes, cifra que supera en 86 mil barriles la media del consumo diario en el mercado de estos.
Entre el 2013 a 2019 la importación del diésel, la diferencia observada entre los reportado por la SENER, y EIA, era de no más del 1%. Pero a partir del 2020 al 2025 fluctúo entre un 15 a 30% la diferencia, esta significa que entraba por las fronteras terrestres o vía puertos, el diésel declarado bajo otro tipo de producto. El 2021 fue la de mayor diferencia de un 30%, respecto al dato de la agencia de nuestro vecino del norte, y en el 2024 fue de un 20%.
El 2020 al 2025, posiblemente, no fueron declarados alrededor de 15 mil millones de litros de diésel, y esto represento alrededor de 63 mil millones de pesos que no entraron al erario, al no declarar el IEPS (sin contabilizar el IVA). Esto significa, si estos litros, hubieran sido importados por medio de unidades de transporte (pipas), hubieran sido alrededor de 305 mil utilizadas para introducir a México (800 unidades por día). Pero si hubiera sido por carrotanques, serian 155 mil (75 carrotanques por día), y si, hubiera sido vía puertos, serian 310 barcos (3 a 4 barcos por mes).
El mercado mexicano, tiene el numero octavo respecto a la demanda referente a la gasolina, y en el diésel el número 12, y con un monto de 2.8 billones de pesos respecto al mercado de combustibles, y a donde los impuestos representan entre el 30 a 35% de este monto. En el caso de controlar el robo, y el fraude, es posible que puedan ingresar al país entre 200 a 300 mil millones al erario, para mejorar el balance presupuestario e reducir el déficit. Además, PEMEX, tendría una mayor de ingresos, debido a que el mercado estaría con un mayor piso parejo, al reducir el combustible de forma ilegal que se comercializa.
El mercado de combustibles estaba basado en la buena fe de cada parte que era parte, y ante haber fallado en esta, han implementado una mayor regulación, y la cual dependerá de la buena voluntad de hacer lo correcto, entre los funcionarios públicos, y los privados que en conjunto son parte del mercado, cuyo beneficiado sería el consumidor final, y la nación, al dejar de tener una comercialización corrupta de combustibles.
POR: Ramses Pech