La controversia comenzó durante una reunión preliminar en Bangkok, donde Fátima Bosch denunció haber sido insultada por Nawat Itsaragrisil, director regional y copropietario de Miss Universe Organization (MUO).
Según el testimonio de la mexicana, el empresario la llamó “estúpida” y le exigió que se callara frente a otras concursantes, después de que ella se negara a realizar contenido promocional de Tailandia.
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A través de una transmisión en vivo posterior, Bosch declaró con firmeza:
“Nadie debe intentar apagar nuestras voces. La dignidad está por encima de cualquier corona.”
El incidente provocó la solidaridad de varias candidatas, quienes abandonaron la sala en señal de protesta. Las imágenes del momento se viralizaron rápidamente, generando una oleada de reacciones en redes y un debate sobre el trato hacia las participantes dentro del certamen.
Un conflicto que va más allá de la pasarela
Lo ocurrido con Bosch fue solo la chispa que encendió una disputa que ya venía gestándose en la cúpula de Miss Universo. De acuerdo con reportes internacionales, Nawat Itsaragrisil adquirió en 2023 un 30% de participación en MUO tras invertir 100 millones de dólares, mientras que el empresario mexicano Raúl Rocha Cantú, a través de su compañía Legacy Holding, obtuvo el control mayoritario (50%) en 2024.
Las tensiones entre ambos se hicieron públicas cuando Nawat, durante una transmisión en vivo desde Tailandia, lanzó duras críticas contra el equipo de Rocha:
“Denme las contraseñas, publicaría todo; el equipo de social media no sirve.”
Sus declaraciones se viralizaron bajo el hashtag #NawatTakeover, evidenciando una fractura en la gestión y comunicación interna del certamen.
Miss Universo, entre el escándalo y la reestructuración
El conflicto empresarial se remonta al Miss Universo 2024, celebrado en Ciudad de México, un evento señalado por su desorganización y una caída del 30% en el rating, según datos de Nielsen.
Analistas del entretenimiento afirman que este fracaso provocó la ruptura entre Rocha y Nawat, quienes mantienen visiones opuestas sobre el futuro del concurso.
Mientras tanto, la figura de Fátima Bosch se ha convertido en símbolo de integridad y resistencia dentro de un ambiente dominado por intereses económicos y tensiones políticas. Su denuncia por violencia verbal y maltrato reabrió el debate sobre el respeto y la protección hacia las concursantes.
Fátima Bosch: entre la tormenta y el escenario
A pesar del escándalo, Fátima Bosch continúa su preparación para representar a México en la gran final de Miss Universo 2025, programada para el 23 de noviembre en el Impact Arena de Bangkok. La modelo tabasqueña, recordada por el polémico episodio de su coronación en México —cuando 27 candidatas abandonaron el escenario—, busca mantener la concentración y proyectar un mensaje claro: que la belleza y la dignidad pueden coexistir.
“Seguiré adelante con la frente en alto. Quiero demostrar que el verdadero poder está en la voz y el valor de las mujeres”, expresó recientemente.
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Con el mundo del entretenimiento y la prensa internacional atentos al desenlace, Miss Universo 2025 promete ser una edición marcada no solo por el glamour, sino también por la controversia, el empoderamiento y la exigencia de un cambio estructural en el certamen más famoso del planeta.
