Las flores, aunque hermosas, son muy sensibles a su entorno. Su corta vida se debe a factores como la falta de agua, el calor excesivo, bacterias en el agua, el gas etileno que acelera su envejecimiento y la ausencia de nutrientes. Además, tras la polinización, su ciclo natural provoca el marchitamiento.
Por eso, si quieres que tus arreglos florales se mantengan frescos y radiantes por más tiempo, es necesario brindarles cuidados sencillos que hacen la diferencia.
Trucos prácticos para alargar su frescura
- Aliméntalas correctamente
Si tu ramo trae un sobre de nutrientes, utilízalo. Si no lo tienes, puedes añadir al agua una cucharadita de azúcar o unas gotas de limón por cada litro. Esto les proporciona energía y retrasa el envejecimiento. - Corta los tallos en diagonal
Recorta al menos tres centímetros de la base en un ángulo de 45°. Hazlo con tijeras o cuchillo afilado, preferiblemente bajo el grifo, para evitar burbujas de aire que bloqueen la absorción. - Retira las hojas del agua
Elimina todas las hojas que queden sumergidas. Así evitas la proliferación de bacterias y hongos que aceleran el deterioro de las flores.
Aplicando estos simples cuidados, tu ramo no solo lucirá más fresco, sino que también podrás disfrutarlo durante varios días o incluso semanas, ya sea que lo hayas recibido como obsequio o lo hayas comprado para ti.