Los bolivianos volverán a las urnas este domingo 19 de octubre para definir a su próximo presidente y vicepresidente en la primera segunda vuelta presidencial de la historia del país. La disputa enfrenta al senador centrista Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), y al expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, de la Alianza Libre, en un escenario marcado por el fin de dos décadas de izquierda.
En las elecciones generales del 17 de agosto, Paz obtuvo el 32,06 por ciento de los votos y Quiroga el 26,70 por ciento, sin que ninguno alcanzara los porcentajes exigidos por la Constitución para proclamarse ganador en primera vuelta.
La carta magna, vigente desde 2009, establece que un candidato necesita más del 50 por ciento de los votos válidos para ser proclamado presidente. Al no cumplirse esa condición, el país vivirá este domingo su primera experiencia con una segunda vuelta electoral, en la que ganará el binomio que logre la mayoría simple de sufragios.
Las encuestas dan una ligera ventaja a Quiroga, aunque Paz ha puesto en duda esos estudios, recordando que en la primera vuelta los sondeos lo ubicaban entre los últimos lugares.
Ambos candidatos centran su campaña en propuestas económicas urgentes para salir de la crisis: Quiroga propone recurrir a financiamiento internacional, incluyendo al Fondo Monetario Internacional (FMI), mientras que Paz promete resolver el desabastecimiento de combustibles mediante acuerdos ya cerrados. Coinciden en reducir el tamaño del Estado, lo que implicaría un giro drástico respecto al modelo del Movimiento al Socialismo (MAS), en el poder durante 20 años.
La campaña estuvo marcada por polémicas y declaraciones controvertidas de los candidatos a la Vicepresidencia: Edman Lara, acompañante de Paz, y Juan Pablo Velasco, compañero de fórmula de Quiroga. Lara fue criticado por sus salidas mediáticas y lenguaje ofensivo, mientras que Velasco enfrentó acusaciones de racismo por antiguos tuits.
Más de 7,5 millones de bolivianos están convocados a votar y otros 369 mil en el exterior. El voto es obligatorio y el sufragio será nuevamente monitoreado por el Sistema de Transmisión de Resultados Preliminares (Sirepre), con misiones de observación de la Unión Europea (UE) y la Organización de Estados Americanos (OEA).
Desde el jueves rige el silencio electoral, y el “auto de buen gobierno” prohíbe reuniones, venta de alcohol y circulación vehicular no autorizada hasta el cierre de los comicios.
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FFO