El huracán Gabrielle se fortaleció este lunes hasta convertirse en un poderoso huracán de categoría 3, con vientos máximos sostenidos de 120 mph (195 km/h), y se espera que continúe intensificándose antes de comenzar a debilitarse el miércoles, según informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC).
Las imágenes satelitales confirman que Gabrielle es un huracán mayor en la escala Saffir-Simpson, que va hasta categoría 5. Actualmente, se encontraba a 195 millas (310 km) al sureste de Bermudas, y se pronostica que se mantendrá alejado de zonas terrestres.
El NHC advirtió que el oleaje generado por Gabrielle continuará afectando a Bermudas durante los próximos días y ya está alcanzando la costa este de Estados Unidos, desde Carolina del Norte hacia el norte, así como la costa atlántica canadiense. Se espera que este oleaje persista durante la primera parte de la semana, con olas y corrientes de resaca potencialmente mortales.
Además, los meteorólogos siguen de cerca dos sistemas más con alto potencial de desarrollo:
- Una onda tropical ubicada a mitad de camino entre las Antillas Menores y las Islas de Cabo Verde, con 70% de probabilidad de convertirse en depresión tropical a mediados de la semana en el Atlántico central.
- Otra onda tropical situada a unas 400 millas al este de las Islas de Sotavento, que continúa generando aguaceros y tormentas eléctricas desorganizadas. Las condiciones ambientales parecen marginalmente propicias para un desarrollo lento durante los próximos días, mientras la ola se desplaza rápidamente hacia el oeste a oeste-noroeste a 15-20 mph. Se pronostica que podría convertirse en depresión tropical a finales de esta semana, cuando el sistema esté sobre el suroeste del Océano Atlántico o cerca de las Bahamas. Independientemente de su desarrollo, se espera que los fuertes vientos y lluvias afecten porciones de las Islas de Sotavento este lunes y martes. Su probabilidad de formación es de 10% a 48 horas y 40% a siete días.
Gabrielle y los sistemas tropicales continúan siendo monitoreados de cerca por el NHC debido a su potencial impacto en las zonas costeras del Atlántico Norte.