Miles de personas salen este sábado a las calles en ciudades de todo Estados Unidos, entre ellas Nueva York, Washington y Miami, bajo el lema “No Kings” (“No queremos reyes”), para protestar contra lo que consideran un autoritarismo creciente del presidente Donald Trump.
Las manifestaciones fueron convocadas de forma simultánea en más de 2,500 ciudades y municipios de los cincuenta estados del país, con el objetivo de convertirse en la mayor protesta desde el regreso de Trump al poder en enero pasado.
Esta es la segunda edición de la movilización “No Kings”, tras la celebrada el 14 de junio, que coincidió con el cumpleaños del mandatario y que -según los organizadores- reunió a unos cinco millones de personas.
La nueva jornada de protestas se desarrolla en un clima de creciente tensión política, marcado por la decisión de Trump de desplegar militares en varias ciudades gobernadas por la oposición demócrata, con el argumento de combatir el crimen y apoyar las labores de los agentes migratorios.
Entre los puntos más emblemáticos de concentración destacan la plaza Times Square, en Nueva York; el Capitolio, en Washington; y el centro de Chicago, donde en las últimas semanas se han registrado protestas contra las redadas migratorias.
También se convocaron protestas en otras ciudades destacadas como Atlanta, Boston, Honolulu, Houston, Nashville, Nueva Orleans, San Diego o San Francisco. En solidaridad con la convocatoria, este sábado, hubo concentraciones en capitales europeas como Berlín, París y Roma.
Las protestas reúnen una amplia variedad de reivindicaciones, desde la oposición a las redadas migratorias y los recortes en sanidad, hasta el rechazo a la militarización de las ciudades o a las modificaciones de los distritos electorales que buscan asegurar una victoria republicana en las elecciones de medio mandato del próximo año.
Por su parte, Trump pasa la jornada en su mansión privada de Mar-a-Lago, en Florida, sin agenda oficial y prevé regresar a Washington el domingo.
Muchos manifestantes portan banderas estadounidenses y prendas amarillas, un color utilizado en otros movimientos pacíficos -como las protestas de Hong Kong de 2019-, y también llevan disfraces de animales para mantener un ambiente relajado.
La plataforma convocante, integrada por unas doscientas organizaciones, subrayó el carácter pacífico de la movilización y recordó -en su página web- que están prohibidas las armas.
No obstante, varios líderes republicanos advirtieron de posibles disturbios y el gobernador de Texas, Gregg Abbott, aliado de Trump, ordenó el despliegue de la Guardia Nacional en Austin para prevenir actos violentos.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, calificó la manifestación como una muestra de “odio contra Estados Unidos”, liderada -según dijo- por simpatizantes de Hamás y miembros del movimiento antifascista (Antifa), declarado recientemente por Trump como grupo terrorista.
El nombre del movimiento “No Kings” alude a la percepción de que el presidente actúa como un monarca y recuerda que Estados Unidos se fundó en 1776 sobre el rechazo al poder absoluto de un soberano.
“Dicen que me comporto como un rey. No soy un rey”, afirmó Trump en una entrevista con Fox Business publicada el viernes.
El mandatario sugirió además que los demócratas retrasaron las negociaciones presupuestarias para reabrir la Administración federal, paralizada desde el 1 de octubre por falta de fondos, con el fin de fomentar la protesta.
Desde la oposición, los demócratas acusan a Trump de poner en riesgo la Primera Enmienda de la Constitución, que protege la libertad de expresión, por su presunto intento de silenciar las manifestaciones y acallar las voces críticas.
Uno de los hechos más simbólicos ocurrió cuando la Casa Blanca presionó para cancelar el programa del comediante Jimmy Kimmel por sus burlas a la reacción republicana ante el asesinato del activista ultraconsevador y muy cercano a Trump Charlie Kirk, ocurrido en septiembre.
Kimmel, cuyo programa volvió al aire tras una semana de suspensión, comparó el jueves la movilización “No Kings” con la Revolución estadounidense que culminó con la independencia del país.
“No hay nada más estadounidense que una protesta política. La Revolución estadounidense fue una protesta. ¡No Kings!”, afirmó Kimmel en su monólogo.
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FFO