La Cámara de Diputados aprobó una serie de modificaciones al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que introduce nuevos gravámenes a los videojuegos con contenido violento, bebidas saborizadas, sorteos, juegos de azar y productos conocidos como “electrolitos” que no cumplan con las fórmulas establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El dictamen fue avalado por la Comisión de Hacienda con 31 votos a favor y 11 en contra, tras una sesión en la que se debatió la pertinencia de incluir estos productos dentro del IEPS, un impuesto originalmente diseñado para desalentar el consumo de artículos considerados no esenciales o con posibles efectos negativos para la salud y el bienestar social.
Entre los cambios más destacados, se establece un impuesto del 8 por ciento a los videojuegos que promuevan la violencia o representen de manera explícita conductas agresivas. De acuerdo con los legisladores, esta medida busca atender los posibles impactos psicológicos y sociales en menores de edad y jóvenes, además de regular un sector con creciente influencia en el entretenimiento digital.
Asimismo, se incrementa la tasa aplicada a las bebidas saborizadas y energéticas, con el argumento de combatir el consumo excesivo de azúcares y aditivos que contribuyen al sobrepeso y enfermedades metabólicas. Los refrescos y bebidas con alto contenido calórico también enfrentarán un alza en el impuesto, lo que podría reflejarse en un aumento de precios al consumidor final.
Otro de los puntos aprobados incluye el gravamen a los llamados electrolitos comerciales, que no se ajusten a las fórmulas médicas recomendadas por la OMS. Según la propuesta, muchos de estos productos se comercializan como bebidas saludables, pero contienen altos niveles de sodio o azúcares añadidos, lo que justifica su inclusión dentro del impuesto especial.
El documento también plantea un ajuste a las contribuciones de sorteos y juegos de apuestas, con el objetivo de fortalecer la recaudación federal. Las autoridades esperan que estas reformas generen ingresos adicionales para el presupuesto del próximo año, destinados principalmente a programas sociales y de salud pública.
Los diputados que respaldaron la medida señalaron que el nuevo esquema fiscal tiene un enfoque de responsabilidad social, mientras que legisladores de oposición advirtieron que podría representar una carga económica adicional para consumidores y pequeños comercios.
El dictamen pasará ahora al pleno de la Cámara de Diputados para su discusión final, donde se prevé un debate amplio debido al impacto económico y social que podría tener la aprobación de estos nuevos impuestos.