Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció uno de los movimientos estratégicos más relevantes para el futuro energético del país: en 2026, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) iniciará la construcción de proyectos que permitirán incorporar 6 mil megawatts nuevos al sistema eléctrico nacional, asegurando que el Estado mexicano mantenga el control del 54% de la generación eléctrica, frente a un 46% de participación privada.
La presidenta detalló que se trata de un nuevo esquema con orden, planeación y certeza, tanto para el Estado como para la inversión privada, dejando atrás el desorden heredado por décadas de privatización del sector.
Generación firme y transición energética
El plan presentado contempla una combinación estratégica de generación:
Cuatro Centrales de Ciclo Combinado, que aportarán energía firme y confiable al sistema.
Tres centrales fotovoltaicas de gran escala.
Tres proyectos adicionales de energías limpias (dos solares y uno eólico).
Proyectos privados alineados a una planeación vinculante, no al mercado desregulado.
Uno de los anuncios más relevantes fue el inicio de la construcción de la central Francisco Pérez Ríos Tula II, que sustituirá generación altamente contaminante, marcando un viraje técnico y ambiental en la política energética.
El complejo solar más grande de América Latina
La presidenta destacó que México consolidará el complejo fotovoltaico más grande de Latinoamérica, con la conclusión total del proyecto de Puerto Peñasco, que alcanzará una capacidad de mil megawatts, integrando almacenamiento energético, un punto clave para la estabilidad del sistema eléctrico.
Además, se anunciaron nuevas centrales solares estratégicas que refuerzan el compromiso del país con la transición energética sin comprometer la soberanía.
Red eléctrica: el eslabón que estaba pendiente
Uno de los puntos más técnicos —pero decisivos— fue el anuncio de 66 proyectos de transmisión eléctrica. De ellos, 22 ya están en curso y 44 más iniciarán en 2026, resolviendo cuellos de botella históricos que impedían aprovechar plenamente la generación existente.
Este componente es clave: no basta con generar energía, hay que llevarla de forma segura, continua y eficiente a todo el territorio nacional.
Inversión privada, pero con reglas claras
En la conferencia se subrayó que la inversión privada no se excluye, pero ahora opera bajo reglas claras. Los proyectos privados aprobados aportarán miles de megawatts en generación y almacenamiento, distribuidos en 11 entidades del país, con una inversión multimillonaria y fechas de entrada en operación escalonadas entre 2027 y 2029.
La presidenta adelantó que habrá una segunda convocatoria, reforzando la certidumbre para quienes deseen invertir, siempre bajo el interés nacional.
Un mensaje político y de Estado
Más allá de los números, el mensaje fue contundente: México recupera la rectoría del Estado en un sector estratégico. La presidenta recordó cómo las reformas de los años noventa y 2013 debilitaron a la CFE, y contrastó ese modelo con la visión actual, donde la energía vuelve a concebirse como un bien público y un pilar de desarrollo.
Con este anuncio, el gobierno federal apuesta por un sistema eléctrico soberano, moderno, sustentable y planificado, alineado tanto a compromisos ambientales internacionales como a la seguridad energética del país.
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Grace Bravata (FOH)
